LAS CHUFAS
La chufa es la
semilla de la juncia. El rizoma de esta planta da estos tubérculos. Se
producen en cantidad relativamente importante en España, y estos
tubérculos, una vez secados, se conservan a lo largo de varios años. Es
muy azucarada y posee un fuerte poder laxante. Una vez cocida, por su
dureza, es ciertamente el grano que más aguanta en el hair, lo que nos
permite usarla en aguas infestadas de peces gato, de cangrejos de río y
peces pasto.
La chufa se presenta
bajo dos variedades: de forma redonda y de forma alargada. A veces,
cuando compramos chufas de la variedad alargada, todavía tienen las
raíces debido a una limpieza insuficiente. Estas raíces no deben ser
quitadas, ya que dan una impresión muy natural a la chufa y de esta
manera pueden aumentar la confianza de ciertas carpas sobre los cebos,
especialmente de los ejemplares más viejos. Podemos encontrarlas de 3
tamaños bien diferenciados: grande, estándar y mini. Las más
pequeñas son ideales pare cebar.
Comparada con otras
partículas, la chufa es muy pobre en proteínas, pero muy rica en azúcares.
Es un grano nutritivo, aunque no es fácilmente digerible para las carpas,
debido a su dureza. Cocer la chufa en exceso para ablandarla no servirá de
nada, salvo para deteriorar sus propiedades y vitaminas.
La carpa no la digiere
completamente, y suele expulsarla muy rápido. Esto da lugar a que los
fragmentos expulsados (la mayoría de las veces las expulsan enteras)
pueden volver a ser comidos, confeccionando pues un nuevo cebadero, y así
sucesivamente. Este hecho por un lado hace que confíen en ella como cebo,
ya que la comen una y otra vez y no pasa nada, pero tiene como efecto
negativo la facilidad de trasladar el cebadero a otra zona, mientras que
nosotros creemos que lo seguimos teniendo delante. Por esta razón,
preferimos cebar con las chufas de menor tamaño, o en su defecto
trocearlas, para evitar este fenómeno y perder nuestro valioso
cebadero.
Hay que tener en
cuenta que las carpas pueden morir a causa de la chufa si no se prepara
correctamente.
Un remojo de 24-48 h y una cocción de 25-30 minutos en una olla a presión
son imprescindibles para poder utilizar este grano. Además, es conveniente
dejarlas en su jugo de cocción entre 48 y 72 h, siendo necesario que estén
cubiertas completamente por él. Conservad las chufas en un lugar fresco, y
poned una tapadera sobre el recipiente.
Al cabo de 24 h absorberán parte del zumo, y en 72 h fermentarán, poniéndose muy
viscosas. En este momento es cuando presentarán su máximo poder de
atracción.
Para las dos formas,
alargadas o redondeadas, las presentaciones sobre el hair pueden ser
variadas, aunque es muy interesante presentar a la carpa un cebo despegado
del fondo. Para ello podemos utilizar un trozo de foam o de corcho y
colocarlo entre dos chufas. También podemos usar imitaciones que tienen
una excelente flotabilidad.
Como variedad podemos
utilizar chufas negras en los embalses donde las convencionales han sido
empleadas con mucha asiduidad. Este color se conserva después del remojo y
la cocción, la cual se realiza de la misma manera que las chufas normales.
Sin embargo, su gusto azucarado es superior en esta variedad que en las
normales. Como novedad muy reciente, también podemos encontrar chufas
peladas que presentan un color blanquecino que destaca bastante en casi
todos los tipos de fondos.
También es muy común
el uso entre los pescadores de un derivado de la chufa: su extracto
líquido. Es necesario un kilo de chufas para llenar una botella. Es un
líquido muy viscoso que conserva todas las propiedades naturales de
azúcares, grasas y aroma que pueda tener la chufa. Es además rico en
vitaminas, destacando fósforo y potasio.
Puede ser empleado de
las diferentes maneras:
-
para cebar: este
extracto se puede utilizar para mezclarlo con engodos, enriquecer pellets,
como method mix, etc.
-
en remojo: remojo de
las chufas o de los boilies.
-
en la confección de
vuestras recetas de boilies.
-
en un bolsa de PVA,
ya que no lo destruye.
Otro derivado, la
harina de chufa, se consigue por la trituración de ésta, y con ella
podemos desde engodar hasta confeccionar boilies. Para hacerlo, la
reducción del número de huevos es obligatoria en vuestra receta, pues esta
harina es muy pegajosa. Si queremos crear una buena mezcla de base para
hacer boilies de chufa, es aconsejable asociarla con un mix de alta
granulometría como, por ejemplo, las semillas de pájaro. Y es que debido a
la naturaleza de esta harina, que dificulta y modera el proceso de secado,
puede inducir a la aparición de moho. Reemplazad una parte de los huevos
de vuestra receta por el extracto líquido de chufa, y conseguiréis una
receta 100% natural de chufa.
También podemos
encontrar boilies de chufa, así como flotantes, en comercios
especializados. La solución para no adquirir las chufas demasiado caras es
comprar grandes cantidades, lo que resulta válido para todas las
partículas. Siempre podréis efectuar la compra con algún compañero de
pesca.
La harina de chufa se
utiliza en la industria del bollo de leche para dar ese sabor suave. Puede
emplearse también para que se hagan deliciosas tartas y galletas. Los
Egipcios emplearon el aceite de chufas la primera vez hace 4000 años
prefiriéndolo al aceite de oliva. En efecto, se la considera generalmente
una alternativa más sana. El aceite es de color marrón y tiene un gusto
rico. El aceite de chufa es un componente también fantástico para los
productos de belleza. Tiene un elevado contenido en ácido oleico y una
baja acidez, y así es excelente para la piel. Las chufas se utilizaron
hace mucho tiempo por sus prestaciones contra la enfermedad, ya que son
ricas en fibra, proteínas y azúcares normales. También se utiliza como
alternativo a la leche de vaca y a la leche de soja. Posee vitaminas E y
C.